Estuve viviendo en Venecia, fue una decisión de coger un avión y un hotel de última hora, y al final me quedé durante los meses de enero, febrero y marzo de 2011. Y todavía hoy en día recuerdo cada rincón y cada callejuela de esta magnífica isla.
Venecia no sólo me llamaba la atención por sus canales y por ser una ciudad diferente a las demás, encantadora y romántica, sino también por la peculiaridad de sus calles y la forma de transportarse de un lugar a otro.
Durante mis meses de estancia en Venecia, coincidiendo con unos estudios de Máster, caminaba cada mañana alrededor de dos km para llegar a la Universidad. Mi casa estaba cerca del Puente de Calatrava y mi Universidad pasando el Puente de Rialto. Si lo miraba en un mapa, el trayecto parecía corto, pero a la hora de la verdad, haciéndolo a pie, los dos kilómetros se convertían en un laberinto de calles, puentes y pequeños pasos bajo las casas.
Una excursión que merecía la pena hacer cada mañana solamente para maravillarse de la arquitectura de Venecia.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención y que recomiendo a todo viajero que vaya a esta isla italiana son sus góndolas. Y no las que se pagan 100 euros por paseo por el Gran Canal.
Me encontré con la necesidad de pasar de un lago a otro del canal por una cuestión administrativa. Así que los organizadores de mi Máster me recomendaron que el paseo más rápido lo hiciese en las zattere ya que me ahorraría otro largo paseo a pie.
Así que estando mi universidad en Ca’ Cappelo, en San Polo, me dirigí hacia el Gran Canal y allí esperaban unas góndolas que lo cruzaban hasta Sant’Angelo. El paseo duró alrededor de 10 minutos y todos íbamos de pie.
Lo que más recuerdo de ese paseo es que todos los que estábamos subidos, íbamos de pie, con prisas, con certificados o maletines en mano. El gondoliero que nos llevaba con él también iba con prisa y se notaba que tampoco disfrutaba del viaje ni vestía el traje típico.
El paseo me costó 50 céntimos y en cuestión de minutos ya había llegado al Centro de la Administración.
Paseo en góndola por Venecia para turistas
Aproveché también una visita de mi familia a Venecia para subir a las góndolas para turistas. Nos costó alrededor de los 70 euros para tres personas y el viaje duró unos 20 minutos.
Lo recomiendo también, sobre todo para ver lugares de Venecia así como grandes estructuras y ventanales que no sería posible ver dando un paseo a pie.
Lo más curioso de este paseo en góndola por la ciudad fue el grito que daba el gondoliero cada vez que entraba en una calle en la que no tenía visibilidad. Con estos gritos, entre ellos se avisaban para no chocar unos con otros.
Una experiencia sin igual que os recomiendo probar si viajáis a Venecia. ¿Qué os ha parecido este consejo viajero? ¿Lo probariaís?